No se dan cuenta de lo que realmente significa vivir, corren como ebrios por la vida, a riesgo de caerse más de una vez por una escalera. Sin embargo, sus miembros siguen intactos gracias a su borrachera, sus músculos son demasiado blandos y su cabeza permanece demasiado obnubilada para sentir, como nosotros, la dureza de esos peldaños. Para nosotros, vivir es infinitamente más arriesgado, somos de cristal. ¡Pobres de nosotros si apenas chocamos! Una caída ¡y todo se acabó!
De "la Gaya Ciencia".
Imagen de Gottfried Helnwein.
lunes, 6 de abril de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
Hoy examinaba una mano con artritis y pensé "qué será de Crispin?"
Eso es lo bueno del pensamiento disgregado, a veces te lleva hacia gente a la que quieres recordar pero el sopor del día a día no te deja
saludos!
Alejandro
Publicar un comentario