viernes, 8 de agosto de 2008

La science des rêves

No soy precisamente Stéphane pero si me siento como él en ocasiones, no porque tenga desordenes y distorsiones sobre la realidad, aunque a veces ya las quisiera, sino porque a veces también vivo en sueños lúcidos y otro montón de alucinaciones también. Creo que paso más tiempo conectado con mis divagaciones de mundos paralelos vagamente posibles que con la realidad misma, lo hago mientras camino, mientras como, mientras leo, mientras escribo, cuando estoy solo y cuando no lo estoy, miro una cosa y veo otra, converso de un tema mientras que resuelvo otro. En veces más recientes tuve dificultades distinguiendo las experiencias oníricas de las que son reales, tal vez como producto de mis desordenes soporíficos o tal vez es sólo porque siempre viví simbiotizando la realidad y la imaginación. Con el tiempo mi razonamiento se desarrolló como el de cualquier otro mortal, pero a veces llego a pensar que tan solo en lo cualitativo, porque cuantitativamente sigo volando con la imaginación igual que de niño y aunque no siempre obtengo buenos resultados al final es parte de lo que soy. De a poco espero resignado el día en que ya no tenga horarios para dormir y soñar ni para abandonar este mundo con pensamientos lejanos y donde ya no pueda distinguir lo que es real de lo que no lo es, de lo que vivo en mis sueños y las experiencias que encuentro en libros y películas, como ésta misma, espero y espero, y lo hago confiado de conseguir algo bueno de todo esto.

Yo decidí soñar harto y hacerlo cada vez que quiero. Yo decidí dejarme llevar por las ensoñaciones, lo hago cuando duermo y cuando estoy despierto, y sin caer en vacilaciones propias de este mundo porque no me detiene su ritmo.

2 comentarios:

Trucco1 dijo...

A quien no le ha pasado que en situaciones en donde ponemos poca atención al medio nos transportamos a una ensoñación, al punto de que te tienen que empujar o dar un buen grito para devolverte.

buen artículo crispin !!

Arbre de rêve dijo...

Vivir en ensoñaciones no es tan solo escapar?, pues no, pero gran parte de la realidad se disuelve al quedarte con el mundo onirico. Cada parte de la vida tiene su sabor, y hay que probarlos todos.