Justo antes de comenzar un viaje infra-galáctico hacia el fin del mundo te encuentras frente a un portal más grande que el universo mismo y que está custodiado por dos bestias, con una figura similar a la de un perro, y entre ambas criaturas está un macabro ser no muerto de aspecto tenebroso que sin embargo expele desde su propia existencia una sensación de divina calma. Te acercas y le dices al necromante que tu misión obedece a propósitos superiores aún a tu propia comprensión así como para la de cualquier entidad mortal y que sin saber como ni porque haz llegado hasta este punto y exiges que se te permita el ingreso, entonces el lúgubre personaje frente a la puerta abre su boca y deja salir desde dentro de sí flemas multicolores que revelan secretos universales y comienzas a viajar por dimensiones que no comprendes porque van más allá del espacio y del tiempo.
No tiene mucho asunto, pero aqui está "The great red dragon and the woman clothed with the sun" de William Blake.
